En la siguiente experiencia, la profesora Clara Navarro de la escuela ha Santa Ana de Borja (Zaragoza) nos cuenta cómo surgió la idea de su proyecto de investigación ‘¿Venimos del mono?’ Ha surgido. Esta iniciativa ha permitido que sus alumnos de 4º grado conozcan la evolución de la especie humana de una forma divertida.
¿Por qué un proyecto de investigación? Como parte de la innovación, podemos utilizar varios métodos y técnicas para aplicarlos a nuestros estudiantes. En el centro educativo donde trabajo, el aprendizaje basado en proyectos se utiliza desde la fase de educación infantil. En el transcurso de los cursos se hacen visibles los métodos activos, el uso de las TIC, las rutinas y las habilidades de pensamiento en las aulas.
Por lo general, para comenzar un nuevo proyecto, hago una lluvia de ideas con ellos y luego todos elegimos el tema en el que más nos gustaría trabajar en base a una votación. Pero esta vez mi alumno Matías entró un día al aula y nos contó sobre un viaje que había hecho a Atapuerca ese fin de semana.
Toda la clase empezó a hacerle preguntas sobre este lugar. Hasta que entré y dije ¿por qué no investigamos este tema a través de un proyecto de investigación? ¿Entonces venimos del mono? Y gracias a él, se han convertido en auténticos moderadores, corresponsales y expertos para informarnos de los conocimientos que han descubierto sobre la evolución humana.
Evolución humana
Como con todos los proyectos, primero preguntamos qué sabemos. ¿Y qué queremos aprender sobre el tema? Una vez que ambas partes estén organizadas, creemos algunos hilos comunes para comenzar a trabajar. En este caso, surgieron cuatro áreas: prehistoria e historia, evolución de especies, pintura rupestre y vida. Dado que muchas de las actividades en el aula se realizan a través del aprendizaje colaborativo, lo organizamos a través de grupos de trabajo. Por tanto, a cada uno le hemos dado un nombre para que podamos distinguirlos en la distribución de tareas: Australopithecus, Homo Habilis, Homo Erectus, Neanderthal Homo y Homo SapiensCromagnon ‘.
Cada grupo buscó en Internet información sobre lo que se les asignó en cada sesión e hizo un resumen de ello. Posteriormente, el ponente compartió su trabajo con el resto de la clase y lo dictó. De esta forma crearon un dossier individual en el que se recogieron todas las pruebas del proyecto.
En cada una de las temáticas realizamos diferentes actividades, destacando la visita al Museo Arqueológico de San Miguel y la excursión a la Cueva del Esquilar (ambas en nuestro pueblo), así como un taller de pinturas rupestres en el que coloreamos papel en café. y en el crepúsculo, a la tenue luz de las velas y donde los alumnos creaban sus propios cuadros, veían películas, leían libros, consultaban enciclopedias …; Además de desarrollar una variedad de rutinas y habilidades de pensamiento basadas en las del filósofo Robert Swartz, quien defiende la línea del pensamiento en lugar de recordar. Como destaque, decidimos crear un programa de televisión para contar los resultados que descubrimos mientras trabajábamos en el proyecto. Para el diseño, utilizamos las cinco claves del emprendimiento de César García-Rincón de Castro para desarrollar habilidades emprendedoras.
Y también lo es el programa “¿Somos monos?” Hubo un total de ocho grabaciones en las que participaron todos los estudiantes de la clase. Estaban tan motivados y absortos en sus papeles que incluso estudiaron el guión durante la noche.
Esta experiencia fue presentada en el encuentro de utopías educativas: