La tecnología puede ser una gran herramienta de aprendizaje cuando se usa correctamente, y es importante que nuestros estudiantes se den cuenta de que este recurso puede ayudar o resolver problemas reales. Una forma clara de hacer esto tangible para ellos fue crear esta experiencia en el aula donde usamos una aplicación para comunicarnos en lenguaje de señas.
Un muro para sordos
El proyecto nació por las dificultades que nos trae esta pandemia de muchas formas, y una de ellas es la comunicación: la máscara se ha convertido en un gran muro para los sordos. El objetivo del proyecto era, por tanto, enseñarles que hoy es mucho más complicado para los sordos y cómo podemos ayudar.
Se trataba de diseñar y usar una aplicación que combinara el reconocimiento de gestos y la inteligencia artificial gracias a la capacidad de enseñar a los estudiantes el lenguaje de señas de una manera divertida y atractiva.
Comenzó simplemente como una actividad de aula, pero lo cierto es que la experiencia con los alumnos fue muy enriquecedora. Es impresionante lo que puedes conseguir cuando pones innovación e interés en una actividad. También se confirmó que los estudiantes aprendieron explorativamente un lenguaje de señas que nunca hubieran considerado conocer sin esta tarea.
Programación Python
La aplicación fue desarrollada utilizando un lenguaje de programación llamado pitón, un tipo de lenguaje que enseño en mis clases de graduación de bachillerato en un nivel de iniciación lógicamente más alto, pero que está diseñado para ayudar a mis alumnos a comprender y en ocasiones incluso colaborar con este tipo de proyectos que estoy haciendo.
Además, se basa en inteligencia artificial, en particular en redes neuronales (aprendizaje profundo); Es decir, imita de alguna manera a la neurona humana cuando está aprendiendo.
Y como estudias A través de una variedad de imágenes de ASL (lenguaje de señas americano): más de 30.000 muestran las distintas posiciones de una mano. Cada una de estas representaciones se marcó con la letra correspondiente. De esta manera, he dejado que el programa aprenda a identificarlos a través de varios procesos de formación que suelen durar entre 6 y 8 horas.
Una de las razones por las que elegí ASL es que debido a este idioma hay mucho material en Internet y he podido obtener una gran cantidad de fotos.
Una vez hecho el programa inteligente, lo conecté a la cámara web de la computadora para que pudiera leer la imagen que los estudiantes mostraban en tiempo real, de ahí el cambio de letras a medida que los estudiantes movían sus manos. La ventaja de estos programas es que después del entrenamiento no requieren grandes recursos para funcionar. Se pueden transferir fácilmente a una computadora o tableta.
Solución al problema
Con la aplicación preparada, todo lo que tuve que hacer fue contextualizar esta tecnología para que los estudiantes entendieran su propósito y no se quedara en una simple “aplicación divertida”.
La dinámica de entrar a clase habló sobre la comunicación y su importancia. Luego me ayudó con tres videos en los que hablaba de un tema diferente cada uno: el primero con sonido y un rostro perfecto; el segundo igual, pero sin sonido; y el tercero tampoco se oyó, y también me puse una máscara.
A partir de ahí los alumnos intentaron decirme lo que les explicaba en cada video: en el primero y segundo era factible, hasta leían mis labios, pero en el tercero era imposible entender lo que les decía. Aquí entendieron que una persona sorda se siente impotente hoy y por la pandemia porque no puede entender lo que le dicen los demás (como en el video 3).
Continué explicando qué es el lenguaje de señas y cómo la tecnología les ayudaría a aprenderlo. Los estudiantes se turnaron para acercarse a la aplicación y tratar de crear palabras usando ASL.
Resultados
En conclusión, podemos agregar que la motivación y el aprendizaje de los estudiantes fue muy alta cuando vemos nuevamente cómo la tecnología, bien introducida en el aula y contextualizada en un objetivo real, puede traer grandes beneficios educativos. Probablemente esta actividad podría haberse realizado simplemente con papel y lápices sin tecnología, pero creo que el objetivo de introducir este tipo de recursos nos acerca al mundo digital al que se enfrentan y donde deberían haber vivido esas experiencias en clase para afrontar y resolver. posibles retos que puedan surgir en el futuro.