Un día vi a dos estudiantes de primaria recogiendo firmas en los pasillos, así que el 4 de mayo el Día de Star Wars en el medio. Su sugerencia fue disfrazarse y adaptar el contenido de la clase a la saga popular para transmitir valores democráticos y empatía. Les pregunté si sabían quién había firmado la iniciativa para que pensaran que no basta con recoger firmas, sino que también deberían identificar a los compañeros que apoyan su idea.
En ese momento, como dicen Paulo FreireLos hice “conscientes de sus propios intereses” y alenté el desarrollo de sí mismos y la capacidad individual para tener una conciencia más colectiva para que pudieran comprender la importancia de trabajar juntos para lograr un mayor impacto.
Búsqueda de soporte y definición del proyecto
El proyecto se llamó “El 4 de mayo te acompañe” (un juego de palabras “Que la fuerza te acompañe” y la fecha del evento). Tras la aprobación del equipo de gestión del centro para intervenir, generamos una carpeta compartida y jamboards en Google Drive para registrar los pasos que dimos. Todas las herramientas y acciones fueron decididas de forma independiente por los propios estudiantes y transmitidas por mí.
En esta carpeta compartida crearemos un documento con acciones y gestores, una presentación en Google Slides para explicar la idea (desde infantes hasta bachillerato), y una subcarpeta donde guardaremos las hojas de firmas escaneadas. Todo esto en colaboración con otros profesores que me dieron permiso para esta tarea durante su horario de clase y también utilizaron los patios donde los alumnos veían la lección y presentaban su idea al resto de alumnos de todos los niveles.
Luego, los estudiantes crearon una nueva presentación para el director del centro utilizando Google Sheets para mostrar qué estudiantes y personal del centro apoyaron la idea por fases. El 85% de los estudiantes votó a favor de la propuesta. Al final, y con algunas reservas, como el hecho de que el proyecto solo se haría en clase de inglés desde el primero de primaria hasta el primero de la ESO, pudieron hacerlo.
Puesta en marcha
Como el 4 de mayo era sábado, tuvimos que esperar hasta el 6 para celebrar el día dedicado a Star Wars. Entre las acciones realizadas, la maestra de habilidades digitales, quien también se encargaba de la campana del medio, amenizó los cambios de clase con los sonidos de R2D2 o la musica de Cantina Mos Eisley.
En educación física y aunque no pertenecían a los departamentos involucrados tras la instrucción “Sí”, hicieron unas gymkanas temáticas para convertirse en Caballeros Jedi. En las sesiones de inglés, según lo acordado, se creó un pequeño museo con atrezzo de la película, en el que los alumnos practicaron su discurso de forma escrita y oral, demostrando por qué habían aportado cada objeto y su relevancia a la saga.
Por supuesto, se pudo ver a varios estudiantes disfrazados de personajes de Star Wars en las aulas y en los pasillos durante todo el día, jugando con sables de luz en el patio.
Evaluación y conclusiones
Pasado ese día, llegó el momento de evaluar, como dice Delors, desarrollar la competencia “aprender a aprender” para ver qué problemas, acciones, obstáculos y resultados habíamos logrado en el proceso con los dos protagonistas de la iniciativa.
Durante el recreo de dos patios, para no quitar más clases a los alumnos en cuestión, y a través de un organizador gráfico, se nos ocurrió que la mejor forma de plasmar esto era utilizar temas de Star Wars. En este esquema, los estudiantes identificaron los problemas como Caza estelar TIE y soluciones como Alas-X.
Por otro lado, también pensamos en una calificación que enviaron a sus compañeros a través de Google Form que calificaba si les gustó la experiencia en una escala del uno al cinco si querían repetirla, así como una sala en la que se puede Exprese sus comentarios libremente.
A través de este proceso, aprendieron de primera mano qué son los valores democráticos y empáticos, ya que los estudiantes aprendieron que algunas personas (incluidos los maestros) no tenían por qué estar de acuerdo con su idea. También han aprendido a resolver problemas como recoger firmas de niños, pero sobre todo se han ido preparando para afrontar un mundo más maduro y crítico con tan solo 9 años.