Promover la inclusión cambiando el nombre del aula principal

Nuestro cuerpo estudiantil es diferente al que teníamos recientemente en las aulas. Esta sencilla afirmación esconde una profunda reflexión que nos impulsó a iniciar una experiencia piloto didáctica en 1er grado y a crear dos espacios pedagógicos para el desarrollo de las áreas: un espacio científico-matemático y un espacio comunicativo-lingüístico.

Una clase de actuación y una clase de matemáticas.

¿Cómo nos organizamos? Tenemos dos aulas separadas. Los hemos denominado “Aula Teatro” y “La Fábrica de los Números” sin referirnos a ellos como 1ºA y 1ºB. Queremos que tanto los estudiantes como sus familias se identifiquen como un solo grupo: Primero, que trabajen en dos salas diferentes.
Entre los 5 y los 6 años, los niños tienen que moverse de vez en cuando y el movimiento está severamente restringido. El hecho de que tengan que moverse de una sala a otra, aunque solo sean los diez pies que separan las aulas, les permitiría oxigenarse y descansar, descansar, estirarse y cambiar de mente y cuerpo para preparar el contenido.

Del mismo modo, nuestros alumnos se desarrollan en un entorno demasiado estimulante y muy cambiante. Un hecho que, según las últimas investigaciones en centros educativos, puede distorsionar el proceso de aprendizaje. Por eso intentamos ofrecerles un aula atractiva con estímulos fijos, en la que se mantuviera una rutina estética. Recuerde, en la primera etapa de la etapa, básicamente estamos “decorando” la clase con los fonemas y números en los que estamos trabajando. Una decoración que permanecerá durante gran parte del curso.
Además, el desarrollo del trabajo del proyecto, la metodología ABN para matemáticas y casi todos los métodos activos requieren un esfuerzo en el desarrollo de materiales, que hemos reducido al 25% de esta forma.

Diferentes temas en cada habitación.

En el ‘Aula Teatro’ el rincón principal es un escenario con cortinas para presentaciones y presentaciones orales. La decoración se relaciona con letras, libros, cuentos, etc. y tiene cojines sobre los que hacemos el momento de la lectura. Dos rincones más pequeños están dedicados a las ciencias sociales y al inglés.

‘La Fábrica de Números’ tiene el rincón dedicado a las matemáticas como eje central. Decorado con un techo que simula una fábrica cuyos números de chimenea muestran, contiene varios elementos: una máquina de sumar, una tabla numérica, una crucifixión de fieltro con números pegados … Este aula se completa con la ciencia y la religión. Esquina pastoral.
Entonces, si no estamos trabajando en un proyecto y un grupo está trabajando en lenguaje, inglés o ciencias sociales en “lecciones de teatro”, el otro grupo está trabajando en matemáticas, religión o ciencia en la “fábrica de números”.
Como valor agregado a la gestión del aprendizaje colaborativo que llevamos implementando en el centro desde hace más de diez años, esta experiencia ilustra el valor de compartir, que se ve enormemente potenciado por esta experiencia. Esto cambia el sentido de propiedad de “mi clase, mis carteles, mis números, mis tarjetas, mis materiales …” a un significado más amplio y comunitario tanto para los estudiantes como para los profesores. No solo comparten con sus compañeros sino también con sus compañeros del otro grupo. También ayuda a los estudiantes, especialmente a los más inseguros, a funcionar en diferentes entornos.

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