¿Hay alguna otra escuela posible que no sea la que tiene aulas grises, disciplina, notas en los libros de texto e ideas que la mayoría de nosotros hemos memorizado? ¿Se puede imaginar una sociedad diferente a la actual sin volver a examinar el modelo educativo subyacente? Antonio Laforgia, licenciado en sociología, se hizo estas dos preguntas antes de comenzar a rodar su proyecto de cine documental. “El Roure, una escuela viva”. Él mismo nos cuenta las sensaciones que experimentó al realizar esta obra, que fue presentada en marzo del año pasado y que fue financiada gracias a una campaña de Recaudación de fondos.
La búsqueda de una respuesta a ambas preguntas me llevó a las verdes colinas de los bosques del Penedés en Cataluña hace unos tres años para llamar a la puerta del El roble. Detrás de esta puerta se me abrió un mundo nuevo y desconocido, y un deseo muy fuerte de conocerlo y tratar de contarlo se encendió de inmediato en mí. De esta manera me encontré en la vida cotidiana de una escuela muy diferente a la tradicional, basada en la educación gratuita o en la pedagogía activa, capaz de superar cualquier definición que se pretenda incluir en ella y (al mismo tiempo) volcar muchas de las creencias que tenemos sobre la educación.
Una escuela donde no hay bancos para sentarse ni libros de texto para consultar y escribir. La sala de acogida de los niños está estructurada de forma abierta, sin barreras ni grupos de edad, y permite el desarrollo de todo tipo de actividades, desde las cognitivas hasta las manuales y psicomotrices. .
Sin embargo, a medida que avanzaba en mi trabajo y en el descubrimiento de un mundo tan singular, me di cuenta de que nunca podría haberlo improvisado y que solo volvía año tras año, siguiendo un camino paralelo entre el crecimiento de niños y niños. Mi crecimiento personal habría tenido un oportunidad. Y así en estos tres años he vuelto varias veces para seguir el camino que lleva a El Roure. Lo más importante es que encontré mi lugar en una comunidad que, al remodelar la forma en que se concibe la educación, es en realidad parte de un viaje más amplio que lleva a volver a explorar el significado de la vida y estar en el mundo y redescubrirlo.
El Roure, una escuela viva – Tráiler de Antonico en Vimeo.
Los orígenes de El Roure están ligados a un proyecto educativo que comenzó hace 18 años en Barcelona y se llama “La Casita”. Las familias también juegan un papel importante en esta escuela y participan con sus hijos en diversos talleres que promueven su desarrollo en diferentes ámbitos: intelectual, emocional, social, físico …