Las personas mayores me aconsejaron que dejara a un lado las imágenes de serpientes boas abiertas o cerradas y me interesara un poco más por la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. Así que a los seis años dejé una gran carrera como pintor. […]. (El Principito)
Todos los días con cada comentario como el que se suscribe nuestro amigo El Principito Borramos la creatividad innata de nuestros alumnos. Los niños vienen a la escuela para aprender, crear, compartir, comerse el mundo. Y lo único que les enseñamos es a obedecer, participar, escuchar, callar, repetir, memorizar y vomitar. No importa que no los entiendan, no importa que no les importen a ellos en particular. Solo se valora que lo hayan aprendido de memoria y lo hayan aprobado en la prueba de evaluación correspondiente.
El mundo de hoy apenas se parece al del siglo pasado. Hemos visto cambios increíbles en la historia durante los últimos 25 años y el ritmo del progreso está aumentando. Esto nos muestra que en menos de una década, la comunicación será completamente diferente, al igual que nuestras necesidades. Los trabajos no solo no tienen nada que ver con los actuales, sino que también serán diversos, variados y limitados en el tiempo.
Si entendemos eso e incluso podemos entenderlo ¿Por qué en la escuela seguimos preparando a los trabajadores de las fábricas para que asuman roles, obedezcan órdenes y cumplan sin levantarse de ninguna manera ni agregar nada nuevo? Una de las habilidades básicas en este futuro desconocido es la creatividad, y es obvio que la escuela no está apostando lo suficiente por ella.
Desde aquí, los invito a probar diferentes prácticas que podemos hacer desde nuestro centro educativo. En primer lugar, sin embargo, debemos adherirnos a dos premisas básicas:
- No temas al cambio ni a la injusticia.
- No esperes por un paseo de rosas, todavía resultados instantáneos.
Una vez que el miedo se desvanece del día a día Paulatinamente seremos capaces de introducir diferentes prácticas que nos ayudarán a crear un entorno saludable y productivo para la creatividad. Te presentaré algunas de las opciones fáciles de desarrollar en el centro y / o el aula:
Lugares en la escuela:
Puede trabajar en un edificio muy moderno, pero aún puede estar en una “vieja escuela” donde las lecciones solo se imparten en aulas cerradas con mesas, sillas y pizarrones. ¿Por qué no le damos una vuelta a este concepto? ?
Usemos otros espacios
Pero no solo otras aulas (Tic, inglés …) sino también espacios abiertos, salas que suelen estar “muertas”, como el pasillo, las escaleras, la terraza, el parque … Hay centros con grandes áreas comunes sin usar. ¿Por qué no integrarlo en el aula? No tengamos miedo al ruido y al descontrol en determinados momentos. Si los niños y las niñas son creativos, es poco probable que se queden callados, siéntense y miren al frente.
Planes de tiempo:
Los horarios nos ayudan a organizarnos, pero también nos limitan en muchas ocasiones. ¿Por qué interrumpir un debate tan interesante solo porque “toca” las matemáticas? Seamos más flexibles, especialmente en cursos donde solo hay un tutor.
Asignaturas:
Ya hay escuelas en las que han desaparecido asignaturas para dar paso al trabajo de proyectos. Por ejemplo, si encontramos que hay mucha obesidad en el aula, podríamos trabajar en nutrición y ejercicio como “asignaturas” para ese año escolar. De estos temas fluiría libremente el contenido del lenguaje, las matemáticas o las ciencias.
Aulas:
Sería genial entrar de vez en cuando a un salón de clases sin mesas ni sillas. Un aula con trenes, almohadas, tapetes y varios rincones temáticos donde se hizo una pared con pintura de pizarra para que pudieran expresarse como quisieran …
Ensambles:
¿Por qué solo en la infancia? Parece que no tenemos tiempo ni interés para escuchar lo que tienen que decir nuestros alumnos: sus preocupaciones, su insomnio, sus alegrías. No solo es un momento maravilloso y no se “pierde” nada trabajando en la empatía, sino que hablar en público con frecuencia mejora su capacidad para hablar en público, sus habilidades de discusión y su sentido crítico.
Sociedades:
Esto es algo que se usa mucho en otros países pero nunca se ha apreciado en nuestros países. Clubes a los que les gustaría asistir, organizados por los propios alumnos, donde puedan expresarse y disfrutar de los mundos que les apasionan; ya sea el Club de Ciencias, el Club de Robótica o la peluquería.
Participación de los estudiantes:
Debería haber muchos más organismos a los que pudieran aportar sus ideas, sus proyectos, sus mejoras y sus sugerencias. Sus mentes creativas serían el motor de la “nueva escuela”.
Podríamos seguir enumerando muchos otros puntos, ya que hay una gran cantidad de herramientas para llevar la creatividad al aula, ¡pero comencemos con la más simple y pasaremos a un mundo más creativo!
Alba Alonso Feijoo, educadora profesional, profesora de colegio público y estudiante de doctorado de la Universidad de Vigo. Es patrocinador de la iniciativa RealKiddys Quien cree en una infancia creativa en la que el espíritu activo es el protagonista y el valor lúdico es innato.