Así es como usé los lemas de 8M en la clase de literatura.

El día 8 de marzo de este año fue histórico en todos los niveles. Millones de personas llenaron las calles y alzaron la voz para expresar un solo grito: queda mucho por hacer. Dicen que ante las dificultades se tiende a superar. Por eso no faltaron el entusiasmo y la creatividad, aunque las manifestaciones tenían una base clara para defender los derechos de las mujeres. En las pancartas se podían leer eslóganes que eran pura poesía, así que decidí usarlos en clase para trabajar en algunos aspectos de la literatura.

Banners llenos de figuras literarias.

Primero, después de una colección de pancartas, les pedí que identificaran los personajes literarios utilizados y, por supuesto, que reflexionaran sobre el significado de todos ellos. En “Mi cuerpo no quiere tu opinión” se expresa una crítica a la objetivación de la mujer a través de un cambio de identidad. El cuerpo habla y dice que no. En cuanto a “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo” vemos una metáfora porque la educación es un arma, aunque la referencia bélica se desdibuja. En ‘No somos histéricos; somos históricos ”, Paronomasie modifica una sola letra, pero la diferencia semántica es miserable.

Conceptos antitéticos también se cruzan, “cállate” y “grita” en “Todo lo que ahora hemos silenciado clama por libertad”. El cartel “Lo hice yo mismo” roza el sarcasmo y muestra un mensaje brillante y poderoso. La Sinécdoque denota una parte como un todo, y en “Somos el grito de los que se han ido” “el grito” adquiere un valor más amplio. Un ejemplo de una comparación se puede encontrar en un cartón destartalado con el lema La educación es tan cutre como este cartel. Una preciosa sinestesia también se usa en el mensaje “Una palabra machista, orejas moradas” porque juega con los sentidos de la vista y el oído. Finalmente, la estructura paralela y los anaforos al inicio refuerzan el contenido de “Porque quiero, porque puedo y porque quiero”.

Frases célebres: los otros grandes protagonistas

Luego les dije que algunos de los lemas eran citas famosas, por lo que tenían que hacer coincidir el mensaje con el autor apropiado. Al final, lograron descubrir las identidades ocultas bajo los mensajes de protesta. “Si no te mueves, no sentirás las cadenas” pertenece a Rosa Luxemburg; “Soy el tipo de mujer que, si quiero la luna, la bajaré yo misma” de Frida Kahlo; mientras que Gloria Steinem lo expresó: “Una mujer sin un hombre es como un pez sin una bicicleta”.

Luego tuvieron que buscar las referencias literarias de algunas consignas. Neruda escribió que le gustaba cuando estaba callada, pero en el cartel de “Neruda, cállate”, la respuesta está fuera de toda duda. O la importancia de los personajes femeninos en el mundo de JK Rowling queda clara con “Sin Hermione, Harry habría muerto en el primer libro”. También bajo el lema ‘Cenicienta nunca pidió un príncipe. Ella pidió un vestido y una noche gratis. Se critica magistralmente la posición de la mujer en las historias tradicionales. ¿Y si Penélope hubiera escuchado el siguiente mensaje? “Ven de Ítaca, Penélope … El mar también es tuyo”. Quizás la Odisea hubiera tenido un protagonista diferente …

El mundo audiovisual también estuvo presente

En la última actividad sugerí que algunos carteles hacían alusiones al mundo audiovisual y la ideología colectiva. Con esto confirmaron que el universo de “Star Wars” y la Princesa Leia estaban presentes en el cartel de “El feminismo contraataca” con claras referencias a Rosie la remachadora. También encontraron una versión del eslogan político más famoso del mundo en la pancarta, “Liberté, Egalité, Sororité” y un cartel con la fuente revisada “Times New Woman”.

Eso sí, el espectáculo no podía faltar en los honores como “Vengan mujeres”, ni en musicales como el verso de Rosalía, “Nadie me comprometo a dictar mi juicio”.

Al final de la clase y después de acertar con el análisis de las consignas de protesta, se me acercó un alumno para decirme que la clase había terminado muy rápido. Entonces le pregunté si estaba bien o mal y me dijo que estaba mal porque hubiera preferido no terminar. En definitiva, una clase literaria, pero también mucha reflexión.

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