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“Un buen cuidador es como un bote salvavidas en una tormenta”

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“Tener una buena actitud por parte de los cuidadores es como un bote salvavidas en medio de esta tormenta al que los niños pueden agarrarse para empezar a remar y reconstruir”, defiende. Marta Prada, certificado como educador de familias con disciplinas positivas y capacitado en comunicación noviolenta, refiriéndose a las reacciones que provocan cambios inesperados.

Tras la publicación de su nuevo libro “Creciendo feliz con grandes cambios en la vida” (Oberon), entrevistamos a la autora, cuyo objetivo es ofrecer a las familias claves para apoyar y apoyar a sus hijos en estos cambios. Defiende la necesidad de que los adultos sean conscientes de cómo sus propias actitudes afectan las reacciones de sus hijos.

Pregunta: El libro tiene la intención de servir como una guía para aprender a lidiar con los cambios vitales de una manera saludable con los niños. ¿Cuáles crees que son las tres claves principales de este aprendizaje?

Respuesta: Si tuviera que resumirlo en solo tres, diría que nos conocemos a nosotros mismos primero: saber por dónde empezar, ser conscientes de la mochila que llevamos, y qué patrones de actuación seguimos en situaciones de estrés o seguridad. Es difícil trabajar en algo que no sabes. Una vez que sepa cómo funciona su propio cerebro, la segunda clave es crear un plan de acción concreto para nuestro diálogo interno. En tercer lugar, saber cómo funciona el desarrollo de nuestros hijos: comprender sus necesidades en cada etapa y saber interpretar sus expresiones a través de su comportamiento.

Muchos padres quieren corregir ciertos comportamientos de sus hijos. Castigan, gritan y amenazan con el objetivo de corregirlos e iluminarlos. Sin embargo, no funcionan en la raíz de este comportamiento. Tenemos que trabajar en eso: en sus necesidades físicas y emocionales y en sus creencias. Con aún más atención cuando su vida cambia drásticamente.

PAG: ¿Qué fases atravesamos cuando la vida cambia radicalmente? ¿Los niños pequeños los atraviesan?

R: Hay varias etapas, cuya duración e intensidad dependen de la estructura básica de nuestro cerebro, la inteligencia emocional que hemos desarrollado a lo largo de nuestra vida y otros factores relacionados con los efectos del cambio. Antes de nombrarlos, es necesario aclarar que no se trata de un proceso ascendente y lineal. Es un proceso de altibajos, de progreso y retroceso. Podríamos dividirlo en 4 fases principales: 1 conmoción / incredulidad, 2 perspectiva / ira, 3 estrés / miedo / tristeza y 4 aceptación / reconstrucción.

En cuanto a los niños, para entender cómo procesan el cambio, hay que tener en cuenta varios factores, por un lado internos, como la etapa en la que se encuentran o su naturaleza, y por otro lado, factores externos, como, B. su entorno, número de hermanos o su posición en la familia.

“Una buena actitud de sus cuidadores es como un bote salvavidas en medio de esta tormenta”.

PAG: ¿En qué medida nuestras actitudes adultas ante los grandes cambios afectan las reacciones y respuestas de los niños?

R: Para dar un ejemplo visual. Podríamos decir que un cambio en el impacto en la vida de un niño, que incide profundamente en sus rutinas, orden diario y figuras de apego, crea un punto de reconstrucción en el niño. Como si de repente se desatara una gran tormenta. Tener una buena actitud por parte de sus cuidadores es como un bote salvavidas en medio de esta tormenta al que los niños pueden agarrarse para comenzar a remar y reconstruir.

PAG: ¿Qué es el lenguaje mental saludable? ¿Como funciona?

R: Nuestro lenguaje mental es lo que nos decimos a nosotros mismos sobre lo que está sucediendo. Por ejemplo: “Si esto continúa perderé mi trabajo, si pierdo mi trabajo será un desastre …”. Muchas veces vivimos y pensamos constantemente en los problemas futuros y nos preocupamos por los problemas futuros … Estos pensamientos crean un estado de “alarma vital” en el cuerpo en el que el cuerpo comprende que estamos en peligro y actúa en consecuencia. El cortisol se eleva a niveles insalubres y, con el tiempo, esto es muy perjudicial para la salud, no solo mental sino también física. No todo el mundo puede utilizar un lenguaje mental saludable, ya que es mucho más fácil dejarse llevar por pensamientos irracionales. Algunas personas incluso necesitan terapia, que debemos normalizar. Si vamos al médico cuando necesitamos curar una pierna, ¿por qué no cuando necesitamos curar nuestros pensamientos? La buena noticia es que es posible y que tiene enormes beneficios para nuestra salud y nuestra vida.

PAG: Esta pandemia ha causado miles de muertes. La gran mayoría eran personas mayores, de ahí los abuelos de los jóvenes de hoy. ¿Qué ideas deberíamos darles cuando hablamos con un niño sobre la muerte?

R: La muerte es parte de la vida, pero durante mucho tiempo ha sido una palabra tabú para los niños. Les contamos todo tipo de historias para no decir: “Está muerto”. Es importante validar el propio proceso del niño, que puede ser completamente diferente de lo que imagina el adulto. Nuestra misión es acompañar tus sentimientos. Es muy común decirles a los niños que no lloren. Podemos cambiar eso a “Entiendo que te sientes así”. Es necesario considerar las emociones para que se sientan amadas, comprendidas y respetadas. Por otro lado, es importante hablar simple y honestamente sobre la muerte y responder a sus preguntas con honestidad. De esta forma evitamos miedos infundados y por supuesto adaptamos las explicaciones a la edad del niño.

“Es importante hablar con la sencillez y sinceridad de la muerte y responder a sus preguntas con sinceridad”.

PAG: Nos enfrentamos a un regreso a la escuela ligeramente diferente este año. ¿Cómo debería ser el proceso de ajuste? ¿Cómo pueden los padres facilitar este momento?

R: Cada año vemos a los niños llegar a la infancia y llorar por encima de los veinte. ¿Quién querrá quedarse allí? Esta atmósfera de gritos y tensión da miedo y no deberíamos normalizar estas escenas. El período de adaptación debe ser flexible y tener en cuenta las necesidades individuales de los niños y las familias. Primero debe estar escalonado para poder acompañar a cada niño según sea necesario.

“El tiempo de ajuste primero debe escalonarse para poder acompañar a cada niño según sea necesario”.

Entiendo que se deben seguir ciertas medidas para mantener nuestra seguridad física, pero también debemos abordar y defender los derechos y necesidades de los niños. No vale la pena ir a la escuela. Se requiere inversión, recursos, docencia y trabajadores de la salud para garantizar la salud emocional de nuestros niños.

PAG: Quehaceres domésticos, tensión entre familiares, cambios en la vida familiar … Una herramienta que sugiere es la reunión familiar semanal. ¿Cuáles son las claves para que funcionen y realmente impacten en la vida cotidiana?

La clave de estos encuentros es convertirlos en un espacio de conexión y comunicación. Tiene que haber un momento de la semana en el que podamos volver a concentrarnos, porque con todo lo que conlleva la vida cotidiana, es muy fácil perder el enfoque. Los encuentros sirven para reorientarnos, enseñan a los niños a buscar soluciones, a expresar gratitud. La clave es que nos acercamos a estas reuniones con igualdad, no con superioridad, y nos enfocamos en la solución más que en la culpa. Es una herramienta que puede ser un antes y un después en el día a día de una familia.

“El reencuentro familiar es una herramienta que puede ser un antes y un después en el día a día de una familia”.

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