Juan José Barahona, de Colegio Colegio Urkide (Vitoria) propone un modelo de tutoría emocional basado en la neuroeducación. Él mismo lo explica en detalle.
Desde un punto de vista educativo Es el trabajo del tutor el que mejor encarna la importancia que tiene el concepto de educación en su dimensión original como guía y modelado de la personalidad.. Nuestra propuesta de trabajo gira en torno a esta “idea de educación”, un modelo de tutoría que llamamos emocional, con una fuerte base neuroeducativa y cuyo claro objetivo es Gestión del alumno y de la clase desde el punto de vista de los sentimientos y las emociones, basada explícitamente en conceptos como la autoestima, la resiliencia, la motivación, la actitud ante la frustración y el esfuerzo, la superación, la innovación, el emprendimiento, el liderazgo o la inteligencia emocional y éticamente..
La clave es que el alumno, desde el más talentoso hasta el más difícil, crea en sí mismo. Es posible que no pueda hacer todas las cosas, pero debe saber que hay muchas cosas, algunas de las cuales ni siquiera están inventadas o escritas todavía, que puede intentar lograr. En definitiva, un alumno y Nietzsche hablan, “dispuestos a afrontar cualquier cosa”.
Base en neuroeducación
Como esperábamos, nuestro esquema teórico en neuroeducación comienza con la creencia de que La biología es para la medicina lo que la neurología es para la educación. Por supuesto, no pretendemos que el tutor sea un experto en neurociencia, pero es interesante tener un conocimiento mínimo de los mecanismos de aprendizaje del cerebro para sugerir una estrategia educativa de tutoría trabajando en lo límbico (emocional) y racional. cerebro, sin ese Despreciar reptil.
Si desarrollamos más en el modelo, entenderemos que La conexión entre tutor, alumno y grupo es clave para todo. Para conseguir este objetivo es fundamental la confianza del tutor en el alumno y el grupo y del grupo y alumno en el tutor, confianza que está directamente relacionada con los niveles de comunicación que proponemos. Y en estos años en los que el trabajo de las TIC es la columna vertebral en muchas facetas de la educación, queremos afirmar aquí el poder de la palabra. El aula debe desviarse a un Cultura de conversación esto nos lleva a conectarnos emocionalmente con nuestros estudiantes. Y sobre eso Premisa Apreciaremos que lo que se dice es importante, pero cómo lo decimos también es importante y, fundamental por una cuestión de emociones, es cómo sentimos lo que estamos diciendo. Y con todo el resto de “Hows”: cómo pensamos, cómo actuamos, cómo innovamos, cómo ayudamos, cómo reímos o lloramos, cómo nos emocionamos. . . En definitiva, cómo somos y cómo somos: con nosotros mismos, con el otro, con el mundo. Y esta es una reflexión que tenemos que hacer por nosotros mismos, porque para gestionar bien la clase, el tutor necesita ser precisamente emocionalmente competente, tener dotes empáticas sólidas y una clara inteligencia interpersonal.
Cohesión como columna vertebral
Esta conexión entre el estudiante, el grupo y el tutor debe entenderse en términos de armonía, no alineación, si queremos lograr una. grupo empático puede gestionarlo usted mismo en cualquier momento. Es Trabajo de cohesión, otra columna vertebral de nuestro proyecto tutorial, un objetivo que antepone la actuación del tutor como líder, un líder que es, como decía Napoleón, “un negociador de esperanzas” en el aula y en muchas ocasiones.
En nuestra propuesta, y enlazamos con las últimas, las Gestión de liderazgo Es un pilar fundamental y debe entenderse de dos maneras. La primera es que el docente lidere la clase: si el docente quiere ser un referente, debe pasar de un jefe impuesto por un líder de estudio o instrucción a un líder que es su equipo que es la clase, se reconoce. El segundo busca que los estudiantes asuman su propia guía, una guía personal que inicialmente establece una forma diferente de orientación: la de las personas.
Y en un trabajo tutorial como el que aquí se propone, con un impacto emocional muy fuerte, ni la esencia ni los complementos son para enseñar el contenido. Aquí está lo interesante para discutir como entender la vida, cada alumno lo suyo, en un modelo de trabajo que se asemeja a la figura de un “formador” educativo, pero que preferimos gestionar a través del invaluable “conócete a ti mismo” socrático. Ya no se trata tanto de enseñar contenido como de mejorar habilidades: Trabajaremos en un producto, pero intentaremos crear una marca..
En otro sentido, queremos enfatizar que la tutoría emocional no debe verse como un modelo cerrado. En efecto, Será la variedad de tutorías lo que permitirá modelar a diferentes alumnos. Por supuesto, hay pautas obligatorias, sin embargo El toque personal del tutor es fundamentalpara acomodar al estudiante, el grupo y las experiencias de ambos.
Una tutoría de bachillerato que parafrasea a Jorge Valdano es un estado de ánimo y también una empresa donde los resultados a nivel personal y académico-profesional son el principio y el fin de su causa. Ya tenemos formas intuitivas, sí, pero sabemos que El verdadero camino es el que se hace al andarY es aquí donde se ubica la aventura hacia la excelencia y no en otro lugar en el que todos, tutores y alumnos, queremos embarcarnos.