La gratitud es una de las 24 fortalezas que Martín Seligman, Defensor de la Psicología Positiva, sugiere que todos son felices. Sé agradecido, valora la vida, sé consciente de lo bueno que hay en ella y sé amable con los que te rodean. Puede traernos numerosos beneficios, como: B. Mejorar nuestra salud, aumentar nuestro bienestar emocional, dormir mejor, aumentar nuestra autoestima y disfrutar de una mayor fuerza espiritual.
Hace unos años se nos presentó un desafío en nuestras aulas con un grupo de estudiantes que luchaban por relacionarse entre sí y obedecer las reglas de la convivencia. Además, no encontraron motivación ni importancia para estudiar. También se sintieron incapaces de lograr el éxito académico. En este contexto, vimos una maravillosa oportunidad de trabajar este valor con ellos.
Era imposible abordar el contenido de una asignatura, en mi caso el inglés, a menos que hubiéramos trabajado previamente en la cohesión del grupo, el bienestar emocional de los alumnos y su motivación para estudiar, con el fin de fomentar un ambiente de confianza. y expectativas tranquilas y positivas.
Antecedentes del proyecto: un diario de gratitud
En constante coordinación con el departamento de orientación del centro, decidí trabajar la gratitud a través de un diario de gratitud que elaboraba cada alumno. En él, señalaron los motivos por los que estaban agradecidos, lo que les permitió enfocarse en las cosas buenas que tenían en sus vidas y los privilegios que la vida les ofrecía, como la comida, una casa para vivir con la Vida, no para ser tomados por otorgado. Amigos con los demás para poder hablar cuando tienen algún problema, etc. También nos ocupamos de ser conscientes de que una situación previamente calificada como negativa se puede trabajar para analizar qué hay de bueno y qué hay de bueno Aprender a extraerlos .
Poco a poco fueron tomando conciencia de todos los aspectos preciosos que tenían en su vida y de lo que podían ofrecer a las personas que los rodeaban para hacer su vida y la de los demás más placentera y significativa. Este ambiente en la clase creó fuertes lazos en el grupo así como un espacio de respeto y comunicación donde ellos eran los verdaderos protagonistas, hablando de lo que les preocupaba y disgustaba. A partir de entonces, el diario de gratitud se convirtió en una herramienta imprescindible en mis clases para que los alumnos tomaran conciencia de su proceso de autoconciencia y de su relación con sus compañeros. Solo cuando se priorizó la parte humana y se crearon las condiciones adecuadas para que los estudiantes escucharan, pudieron interesarse por el tema.
Condenados al fracaso por sus carreras anteriores, estos estudiantes, gracias al trabajo de los docentes y la asesoría, lograron graduarse y continuar su formación en el campo ocupacional deseado. Algunos de ellos siguen en contacto con el centro y les agradecen los diferentes enfoques de las clases, así como ayudar y orientar en esta difícil fase para conseguir nuevos objetivos.
Cadena de gratitud
En base a esta exitosa experiencia docente, planeamos continuar con otro desafío y extender el tratamiento de agradecimiento al 2º nivel de ESO en las 6 líneas de nuestra escuela. Esta vez con un proyecto interdisciplinario con materias plásticas e inglesas llamado Chain of Gratitude. En la clase de inglés, conceptos como el agradecimiento por ellos, las razones por las que están agradecidos con quienes se sienten así, y cómo mejorar esta virtud en tres áreas: familia, escuela y amigos.
Del mismo modo, los alumnos se comprometen a realizar acciones amables en el ámbito de su elección, comentando durante la semana de clase, incluyendo a sus familias, y comprometiéndose. Para ampliar este concepto, también se muestran varios videos relacionados con este tema.
Es desde la clase plástica que este ancla de agradecimiento se materializa y moldea y expresa todo lo que han trabajado en la clase de inglés a través de la realización de un corazón de masa maleable en el que escriben la palabra que representa en el reverso. La gratitud que sienten. También hacen una tarjeta que resume en una oración lo que agradecen en su vida. De esta forma, expresan con palabras lo que sienten. Este corazón y tarjeta se guardan en una bolsa hecha por ellos y sus familias y enviada a los estudiantes de una escuela en otra parte del mundo, en nuestro caso México. Allí recibirán este obsequio que los alertará sobre la gratitud de sus compañeros y de los suyos e iniciará una cadena de agradecimiento por todo el mundo.
Es nuestra misión en la vida, como la de Teresa de Calcuta, que todos nuestros estudiantes que pasan por nuestras clases se sientan mejor y más felices. La mejor forma que podemos encontrar es trabajar con ellos en el valor de la gratitud en las aulas.