Para menor
Santiago menor, Como profesor de secundaria en Menorca, es el autor del blog Justifica tu respuesta. En este artículo nos da las claves sobre cómo poner en práctica el aprendizaje colaborativo en el aula de forma clara y sencilla.
En una educación en la que prima la rigidez del espacio, el silencio y la concepción lineal del tiempo, el aprendizaje cooperativo se convierte en una oportunidad para transformar por completo la concepción tradicional del espacio y el tiempo en el aula. ¿Cómo? Mediante la creación de los denominados grupos básicos, preferentemente formados por un grupo de cuatro alumnos: uno es cooperativo, otro tiene dificultades de aprendizaje y los dos restantes tienen un nivel de currículum adecuado.
Lo que se pretende en el aprendizaje cooperativo es que un grupo de clase se convierta en la suma de los grupos básicos y la figura del docente pase a un segundo plano y se convierta en un intermediario de conocimiento. Del mismo modo, el alumno ya no juega un papel particularmente pasivo para ser el centro de atención en el aula. Todos pueden aprender de todos y, como todos aprenden de todos, hay una transición de la enseñanza pasiva a la enseñanza activa y democrática.
Cómo ponerlo en práctica en el aula:
- Haga que los estudiantes pongan todos los útiles escolares en sus mochilas y vacíen sus escritorios. Haga que los estudiantes pongan todos los útiles escolares en sus mochilas y vacíen sus escritorios.
- Pídales que organicen sus escritorios en grupos de cuatro, es decir, como un grupo básico. Si la clase tiene un número de estudiantes que no sea múltiplo de cuatro, mi consejo es crear grupos básicos de cinco.
- Asigne a cada grupo básico una letra (A, B, C …) y a cada alumno del grupo básico un número del 1 al 4.
- Minimiza el material en las mesas de cada grupo.
- Dé las instrucciones utilizando el PDI.
Bolígrafo de actividades en el medio de la mesa.
- Cada grupo básico tiene un libro de texto o una hoja de teoría sobre la mesa y cuatro bolígrafos colocados en el medio.
- Cada alumno dispone de una ficha de procedimiento con la que trabaja de forma individual pero consensuada. Todos leen parte del contenido del libro de texto o expediente teórico y lo explican con sus palabras al resto de compañeros, quienes tendrán que escuchar y ayudar a completar la información.
- A continuación, debe tomar los bolígrafos colocados en el medio y completar el contenido de la tarjeta juntos. Todos deben tener la misma información en el archivo.
- El docente es el encargado de participar, asesorar o aclarar las dudas que surjan en cada grupo, cree que las dudas ya no son individuales sino que afectan a todo el grupo base.
- Al finalizar la sesión, el profesor elige un número aleatorio del 1 al 4 (corresponde a cada alumno) y recoge la tarjeta. La calificación es la misma para los miembros de cada grupo base.
Finalmente
Es importante aclarar que esta metodología no pretende reemplazar lo que se considera una clase tradicional. Nada más. Mi intención era introducir otra opción metodológica perfectamente válida y realmente fácil de poner en práctica en el aula. Como dijo el pintor Vincent van Gogh, “¿Cómo sería la vida si no tuviéramos el valor de probar algo nuevo?”