El juego es una actividad habitual para todos los niños y es un elemento esencial para ayudarlos a crecer y desarrollarse. De hecho, es un gran facilitador y catalizador educativo, ya que les ayuda a adquirir y consolidar el conocimiento y la experiencia necesarios para aprender matemáticas.
Por esta razón, recomiendo dos juegos de construcción creativos: el Kapla (consta de listones de madera que deben apilarse de forma creativa) y el Trigones (Son piezas de madera que se ensamblan y desmontan en estructuras sólidas) para aprender mientras se disfruta y se juega. Ambos tienen los componentes esenciales para todas las actividades lúdicas: curiosidad, atención, emoción, motivación, desafío, resolución de problemas, toma de decisiones, colaboración y recompensa.
Ambos son útiles para sugerir talleres de competencia matemática para ofrecer un aprendizaje significativo y enriquecedor y para buscar el desarrollo integral de los estudiantes desde una perspectiva global. No solo favorecen las dimensiones cognitiva, emocional y social, sino que también ofrecen numerosos valores educativos.
Dimensión cognitiva
Aprender haciendo y experimentando te ayuda a experimentar conceptos matemáticos y geométricos al seguir ideas para colocar, alinear y ajustar las piezas del juego de una manera divertida. El reconocimiento de estas dos herramientas permite despertar la curiosidad, el interés y el gusto por aprender y adquirir ciertas ideas de espacio, volumen y dimensiones en la construcción de la estructura.
También estimula la intuición para sacar conclusiones, promueve la alegría de la búsqueda relacionada con la motivación, desarrolla la capacidad para resolver problemas individuales y colectivos y mejora el pensamiento lógico examinando las diversas situaciones que se presentan. Por otro lado, se hace hincapié en la capacidad motora (fina y gruesa) para promover destrezas y habilidades como la precisión, la coordinación mano-ojo, la agudeza espacial en la ejecución de la construcción durante el proceso de montaje y el movimiento físico durante la colocación de partes.
Dimensión emocional
Incluye diversos aspectos como la autoestima, la satisfacción personal (a medida que vas ganando confianza y autonomía) y la perseverancia para afrontar las dificultades del juego. Por otro lado, activa la creatividad buscando la novedad y apoyando el emprendimiento. Resiliencia para aceptar desafíos y superar obstáculos; La empatía y la colaboración entre jugadores es un rasgo fundamental para tomar conciencia de la necesidad de unirnos compartiendo el proyecto.
Dimensión social
Promueven las habilidades sociales a medida que los estudiantes comparten experiencias, construyen conocimientos juntos y se ayudan mutuamente a través de esfuerzos conjuntos. Saber esperar y hablar por el discurso es importante para facilitar la comprensión a través de la comunicación y el diálogo. Respete y escuche activamente a los grupos mientras proponen ideas y revelan los diseños y modelos para crear una atmósfera de armonía. Es importante acordar las negociaciones del juego: qué, cómo y dónde construir, teniendo en cuenta el alto, ancho y largo y algunas dificultades que puedan surgir. Considere también en la dimensión social el contraste de opiniones, argumentos y los diferentes puntos de vista desde un intercambio sereno y sosegado.
En definitiva, estos dos juegos constructivos garantizan aprender, aprender y crear. Además, animan a los alumnos a pensar en cómo funciona el mundo que les rodea y a aprender a diseñar espacios creativos y mágicos donde poder vivir historias, compartir experiencias y sentir y gestionar emociones: castillo, cabaña, barco pirata, casa embrujada, transbordador espacial, planeta desconocido, pirámides, circuito de autos, estadio de fútbol …