Así es como puede ayudar a manejar las emociones de niños y adolescentes

Una buena educación no se trata solo de enseñar materias a los niños. Lidiar con las emociones es una parte esencial de su proceso de desarrollo. Patricia Pizzolante, psicóloga de Psicología sensofrece las siguientes recomendaciones para lograr esto.
Ayudar a los niños a manejar sus emociones es un verdadero desafío para las familias y los maestros. La forma en que reaccionamos a las emociones de nuestros hijos depende de cómo lidiamos con nuestras propias emociones. Por eso, es importante que los padres y profesores tomen conciencia de la importancia de reconocer y conectar con lo que están sintiendo. Cuando sabemos entender esto, es mucho más fácil entender lo que está experimentando el niño, empatizar con lo que está sintiendo y saber cómo contenerlo.

expresar sentimientos

Uno de los aspectos más importantes a considerar es la importancia de que el niño pueda expresar y no reprimir sus sentimientos. Tienes que encontrar un lugar para hacer esto, pero con límites. El papel de los padres y maestros debe ser guiarlo y permitir un cambio en la expresión de estas emociones. Para ello hay que saber canalizarlo.

El objetivo principal será lograr que el niño aprenda a reconocer sus sentimientos. Con suerte, la experiencia de estar tranquilo y ser comprendido por sus padres le permitirá aprender a calmarse. Hay algunas pautas que pueden ser útiles durante el proceso de educación emocional:

  • Es importante dar palabras a los sentimientos del niño para que las emociones se procesen y el niño tenga más control sobre ellas. De lo contrario, existe el riesgo de que las emociones del niño lo abrumen y lo lleven a llorar, gritar, irritabilidad, falta de control físico e incluso ser golpeado.
  • Los padres deben establecer límites claros, simples y apropiados para la edad. De lo contrario, es más probable que el niño se sienta frustrado o enojado.
  • Evite culpar al niño cada vez que experimente una emoción incómoda. Necesitamos ser pacientes y entender que el niño está en plena educación y que es nuestro trabajo brindarle nuevos recursos y herramientas para que pueda expresar sus sentimientos sin temor a ser culpado o rechazado. Reconocer todas las emociones es fundamental para el desarrollo saludable del niño.
  • Tan pronto como surgen estos sentimientos desagradables, se acompañan y se contienen. Por ejemplo, en el caso de la ira y la ira, puedes decir: “No puedes romper o golpear cosas, pero entiendo que quieres llorar” y acompañarlos en ese grito. Estar con ellos en la frustración de no poder hacer lo que quieren. Lo que a menudo disfrutamos es la dificultad para mantener viva su frustración. Siempre nos puede ayudar preguntarnos como padres: ¿Qué esperamos de nuestros hijos? ¿Esperamos que simplemente sientan o expresen alegría? Sin darnos cuenta, podemos enviar el mensaje de que es negativo o que no se permite sentir enojo o tristeza.
  • Los padres no pueden sentirse culpables por los sentimientos incómodos que experimenta el niño. Es importante saber que la frustración es parte de la vida y que si lloras a veces es porque así se impone la realidad.

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